La leche en polvo para máquinas de vending es leche procedente del ganado vacuno que pasa por un tratamiento específico para eliminar el agua de su constitución.
¿Cómo se obtiene la leche en polvo?
Para obtener leche en polvo se lleva a cabo un proceso de deshidratación de la leche. Este proceso, que se realiza en torres especiales de atomización donde la leche de vaca pasteurizada se expone a 180º, consiste en evaporar el agua que contiene la leche hasta conseguir un polvo amarillento.
Para obtener la leche en polvo granulada para máquinas de vending, se inyecta vapor al producto a través de granuladores que tienen incorporado inyectores de vapor. Después, la mezcla pasa por un túnel de secado para formar el granulado seco consiguiendo las características necesarias que requiere el producto terminado que posteriormente se emplea en las máquinas de vending.
¿Cómo se garantiza la calidad en la leche en polvo para vending?
Al igual que en la leche líquida, la base de la calidad de la leche en polvo para vending será el ganado del que procede y su origen. La mejor leche en polvo para vending de Laqtia procede de los mejores ganados europeos.
Pero eso no basta para lograr una leche en polvo de la mayor calidad para su uso en máquinas de vending, sino que el proceso de fabricación debe garantizar la conservación de las propiedades de la leche original, algo que se logra en el momento de la deshidratación de la leche pasteurizada.
El polvo amarillo que se obtiene de la deshidratación contiene todos los nutrientes de la leche original como el calcio, el sodio y las vitaminas A, D
¿Cuándo comenzó a fabricarse la leche en polvo?
La leche en polvo tiene una larguísima historia, según aparece en los escritos de Marco Polo. En ellos se relata cómo las tribus de Mongolia secaban la leche al sol hasta convertirla en una especie de pasta más fácil de conservar.
Sin embargo, el proceso de fabricación de la leche en polvo tal y como lo conocemos actualmente no llegó hasta 1802, cuando el doctor ruso Osip Krichevsky fue el primero en someter a la leche líquida a un proceso de deshidratación similar al que se utiliza actualmente. Posteriormente, Henri Nestlé comenzó a fabricar una harina lacteada como alimento para niños para bebés, que después utilizó como base para crear la leche en polvo, que a finales del siglo XIX comenzó a comercializarse por toda Europa.